En todo momento, Juan dibujaba: autos, helicópteros, trenes...
Quedaba bien claro. Juan, se las arreglaba muy bien solo...
Solo con sus dibujos.
Los hacía en el banco, en el cuaderno, etc.
En cualquier lugar, y en cualquier momento.
Si se le llamaba la atención, construía una especia de muralla con todos sus útiles.
Todo esto hacía enojar a su Seño, porque en medio de cualquier situación, él comenzaba con sus dibujos o construcciones.
Luego de previo acuerdo con la docente, un día lo invito a salir, en medio de un revuelo provocado por él mismo.
Fuimos a una sala a trabajar juntos.
- Estuve viendo tus dibujos y la verdad... me encantan...". Atino a decirle.
Me mira con cara de asombro, y me pregunta si vamos a dibujar.
- Si, dale, aprovechemos este rato y este espacio, para que me muestres todo lo que tenés ganas de mostrar.
Y empieza, sin parar... dibuja y dibuja... sigue... helicópteros, autos, aviones... todo en una hoja grande que le había ofrecido.
Introduzco una pregunta: "A donde van?..."
Su cara de asombro y su silencio, me hacen pensar que como él, estos medios de transporte iban a algún lugar... Pero a dónde?. Mostrarían algo... Pero qué?. Qué no se puede parar?.
Entonces le ofrezco hacer una construcción, así como la que hacía en clase con cuadernos, libros lápices, y empezamos a pensar que a algún lugar estos autos, camiones, helicópteros y trenes, tenían que ir...
Decidimos encontrar juntos un lugar... Un lugar donde es posible llegar... y porque no, quedarse.
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