domingo, 20 de septiembre de 2009

Ojo!!! Soy el imposible...

Franco, 2do. grado.

El día que me presento en la escuela, Franco el niño por el cual fui convocada como MAP, no se encuentra en la sala, pero al ver que yo, una persona no identificable por él ingresa a la misma, se acerca e intenta compartir ese momento de presentación con el grupo. Sus compañeros inmediatamente lo ponen en evidencia, manifestando que él siempre se va de la sala e intentan describir las escenas de desborde que suele hacer.
Rápidamente responde reproduciendo la actitud de fuga. Vuelve rápidamente porque está muy interesado en escuchar mi propuesta, saber quién soy y a que vengo.
Se queja repetidas veces de dolores - de panza, de muelas - reclama toda la atención de su maestro. El docente intenta calmarlo. Franco reacciona pateándole las piernas. Me acerco para interceder en la escena intentando interrumpirla. Le pregunto que le pasa, si lo puedo ayudar. Lo tomo de la mano y pronto aparece en su discurso esa tendencia a "hacerse rechazar" a la que hacía referencia el informe inicial de la escuela.
Dice: ¡¡Vos no sabés quién soy!! ... No sabés de lo que soy capaz de hacer!!!... Ninguna maestra pudo conmigo!!!!.
Puedo ver en la mirada de Franco el temor ante mi presencia, escondido detrás de tanta provocación.
Le contesto: "Vos tampoco sabés quién soy yo, y de lo que soy capaz!!!. Pero yo soy grande, y se que es lo que te puedo dejar hacer y lo que no".
Franco se tranquiliza, (aparentemente).

Pasa un compañero que le dice que vuelva a la sala. Franco hace el gesto de que va a pegarle y lo insulta violentamente. Intento tranquilizarlo y me dice que lo que pasa es que está nervioso y que tiene ganas de pegarle a alguien.
Con un gesto, que reconozco como sobreactuado, me dice: "Mirá, me voy a matar a mi mismo". Hace de cuenta que se va a tirar por la baranda del primer piso.
Realmente me asusto y le digo fuerte: "Pavadas no!!". Él me responde: "Pavadas, si!!".
Le recuerdo lo que le dije antes: " Te dije que yo se que es lo que te puedo dejar hacer y qué no". Me responde: " Bueno... era un chiste!..."
Franco no vuelve a repetir esta escena, que según su informe inicial, había desplegado en otras oportunidades.

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